El centro histórico de Málaga alberga una amplia variedad de sitios de interés perfecto para sumergirse en la cultura e historia local. Entre tantas opciones, el Teatro Romano es una visita imprescindible de conocer.
A los pies de la colina de la Alcazaba, los restos arqueológicos del teatro de la Malaca antigua, representan el principal vestigio tangible de la presencia romana en la ciudad.
Si bien la entrada al lugar es completamente gratuita, conviene reservar un tour completo. Aquí puedes encontrar más detalles si prefieres vivir la experiencia de la mano de un guía especializado.
El símbolo más importante de la presencia del Imperio Romano
Desde 1972, el Teatro Romano de Málaga es considerado BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Monumento Artístico. Si bien ha sido revitalizado con el objetivo de traer al presente, la forma de vida de hace más de dos mil años, su construcción mantiene intacta la esencia de la época.
Un poco de historia
Durante los siglos I y II, el teatro fue utilizado por los romanos para presentar las mejores dramatizaciones de los autores de la época. Su construcción estaba dividida en tres zonas muy bien diferenciadas: la orquesta, el escenario y el graderío, esta última parte es la mejor conservada en la actualidad.
La caída del Imperio Romano supuso un giro trascendental en la historia de la ciudad. El lugar pasó de ser uno de los principales centros de entretenimiento, a un espacio olvidado.
Por fortuna, los árabes aprovecharon varias de sus piezas al momento de reforzar la Alcazaba, de esta forma, este vestigio arquitectónico, no solo muestra arcos de herradura y yesería, sino capiteles y columnas de estilo romanos.
¿Cómo llegar al Teatro Romano de Málaga?
Las formas de llegar hasta el lugar varían en función del punto de partida. Sus restos arquitectónicos reposan en el centro de Málaga, por ello, si estamos en el casco histórico, es posible ir caminando. Basta con seguir las indicaciones hacia la Alcazaba.
Contrariamente, en caso de necesitar desplazarnos desde zonas lejanas, disponemos de las siguientes opciones:
- En autobús: el sistema de transporte público de la ciudad es bastante eficiente, sin embargo, para mayor comodidad, conviene ingresar a la página oficial de la empresa y consultar los horarios de las líneas que pasan cerca del teatro.
- En taxi: la ubicación del lugar es bastante conocida por los taxistas, por ello, acceder en taxi no supone ningún tipo de complicación, sin importar la parte de la ciudad en la que nos encontremos.
- En coche: aunque podemos conducir hasta el teatro en nuestro coche, debemos tener presente la existencia de ciertas limitaciones de acceso. Si no queremos lidiar con las restricciones de tráfico en la zona histórica, lo mejor es aparcar en un estacionamiento cercano y después caminar.
¿Qué ver dentro del Teatro Romano de Málaga?
Antes de acceder al monumento, tenemos una cita obligada en el Centro de Interpretación. El llamativo color verde y la estructura cúbica del edificio despiertan la atención desde el primer momento, así como las epigrafías en latín que decoran sus paredes. Una vez dentro, podemos disfrutar de dos opciones:
- Visitar la sala de proyección: en esta parte del módulo, tenemos la oportunidad de conocer la disposición del teatro, durante su época de gloria, a través de un micro vídeo que se reproduce en bucle.
- Recorrer la sala de restos arqueológicos: su descubrimiento obedece a las excavaciones del teatro. En el espacio reposan algunas réplicas de los hallazgos originales que hoy podemos ver en el Museo de Málaga.
Capturar en una imágen las piletas de garum
Durante el Imperio Romano, el condimento más utilizado en la preparación de sus copiosas comidas y cenas fue la salsa de pescado elaborada a partir de las vísceras fermentadas de pescado, mejor conocida como garum.
La historia del teatro está vinculada a la fabricación de la salsa, por lo que, desde una pirámide de cristal localizada a pie de calle, es posible observar las piletas de garum
Descansar en el graderío
La vista no puede terminar sin antes sentirnos como verdaderos romanos sentados en los sillares ubicados en la parte superior de las graderías, sin duda, el escenario perfecto para un merecido descanso.
Llegar hasta el lugar requiere subir las escaleras de la entrada principal de la Alcazaba, y seguir el camino que se abre después de la puerta de cristal.