Las pequeñas y medianas empresas malagueñas están, en ciertos sectores, a la vanguardia del comercio español, mostrándose creativas y muy competentes en dichos nichos comerciales. Sin embargo, todavía quedan algunas lagunas que pueden impedir que las empresas malagueñas se coloquen a la altura de las de Madrid o Cataluña por ejemplo. Y una de esas lagunas tiene que ver con la implantación de las facturas electrónicas, obligatorias por el Ministerio de Hacienda desde hace un par de años para todas aquellas empresas que tengan tratos de servicio con entidades públicas.
La factura electrónica se va a acabar imponiendo tarde o temprano, ya que la gran mayoría de las grandes empresas españolas ya la tienen implementada, y eso acabará funcionando también para las PYMES. Mientras que en otros territorios este tipo de factura digital ha sido muy bien acogida, parece que los malagueños son algo más reticentes a incluirla en sus empresas, aunque saben que, tarde o temprano, tendrán que hacerlo. La factura electronica no solo es más rápida y eficaz, sino que también es un método alternativo para ahorrar papel y evitar la tala indiscriminada de árboles.
En este sentido, la factura electrónica va a ser lo más común dentro de poco, ya no solo para trabajar con las administraciones públicas, sino simplemente para cualquier relación comercial con un cliente normal. A pesar de que al principio, el cambio pueda resultar algo complicado, la Junta de Andalucía, en colaboración con la Confederación de Empresarios de Andalucía, esta poniendo en marcha desde hace tiempo distintos cursos para ayudar a las empresas que tengan dudas o problemas al introducir la factura electrónica en su negocio. De esta forma se quiere conseguir que dentro de poco, todas las empresas malagueñas, pequeñas, medianas y grandes, funciones de esta manera, de una forma que solo trae ventajas.